jueves, 27 de enero de 2011

LA TORRE


Un Principio…

Allí estaba, en el mismo centro del mundo, con aquella construcción inexistente en el mismo punto que decían todas las leyendas. Un pilar se alzaba hacia el cielo y se perdía en la inmensidad.

Parecía que no estaba construido con ningún tipo de ladrillo. Pero a veces, se podía ver, como cuando crees que ves a alguien por el rabillo del ojo, como las rocas se movían; se salían o entraban dentro del pilar. Lo recorrió en busca de una puerta, una entrada, pero no había nada. Recordó lo que le enseñaron sobre la torre, era algo que no existía pero existía, en el mismo centro del mundo, en el mismo centro de todo el poder, de todo mal, de todo bien. Nacía de la misma tierra y se alzaba hasta el mismo cielo; una representación de absolutamente todo: del tiempo, del espacio, del ser y del no ser.

Volvió a recorrerla con aquellas palabras en la mente, pero esta vez, pudo ver una puerta. Una enorme puerta de madera ajada y podrida: los gusanos salían por pequeños agujeros y reptaban por ella, los que no lo conseguían caian al vacio y antes de llegar al suelo desaparecían como fantasmas…

Miró hacia el infinito y veía, al igual que el efecto que hay en el desierto, cuando parece que el horizonte se derrite; como la torre se derretía pero no sólo físicamente si no temporalmente. Podía ver como los trozos de torre caían sobre él, desaparecían y creaban ventanas improvisadas enseñando el terror y la muerte que reinaba dentro: viendo monstruos de un solo ojo y boca pestilente como degollaban a jóvenes vírgenes y se comían sus corazones…

Foto: http://enterkiradrian.files.wordpress.com

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