jueves, 24 de noviembre de 2011

DOG TAG


Entre el sonido de las explosiones, los muertos, los lloros y ruegos por no desear salir de las trincheras... se escuchaba el silbato que ordenaba la carga de toda la fila contra el enemigo. Un soldado, mas un niño, se sacó la chapa de identificación, la besó deseándose valor y suerte. Diez minutos después su compañero se arrastraría cerca de él para romper el beso y recuperar su nombre de la tierra ensangrentada.

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